Las enseñanzas de Jesús sobre el divorcio se encuentran en el Evangelio de Mateo, capítulo 19, versículos 3 al 9. En este pasaje, Jesús enseña que el divorcio va en contra del plan original de Dios para el matrimonio. Él afirma que "lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mateo 19:6).

Además, Jesús explica que la única razón permisible para el divorcio es la infidelidad conyugal, diciendo: "Les digo que quien repudie a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se case con otra, comete adulterio" (Mateo 19:9).

Estas enseñanzas de Jesús han sido objeto de debate y estudio a lo largo de los siglos, y diferentes tradiciones cristianas han interpretado estas palabras de maneras diversas. Algunas denominaciones cristianas interpretan las palabras de Jesús de manera estricta, permitiendo el divorcio solo en casos de infidelidad, mientras que otras interpretan las enseñanzas de Jesús de manera más flexible, permitiendo el divorcio en otras circunstancias difíciles del matrimonio.

Es importante tener en cuenta que, además de estas enseñanzas específicas sobre el divorcio, Jesús también enseñó sobre el perdón, la compasión y la restauración. Por lo tanto, a pesar de su enseñanza sobre la seriedad del matrimonio, también ofreció esperanza y sanidad para aquellos que hayan experimentado el dolor del divorcio.